Etiquetas

martes, 1 de marzo de 2016

Fresias Blancas en Enero

  Marzo de 2016
                                                      
Tantas veces siendo niña soñaba despierta que volvías, tantas veces  he recordado aquellos años… 
 ¿Cómo no pensar en  tantos recuerdos?, si además fueron bonitos. Llenaron mi corazón y mi mente de imágenes difícil de borrar.
Tantos años recordando y pidiendo que mi padre volviera a casa, volver a despertar una mañana y escuchar tu música preferida y  el olor de tu perfume, imaginar que sólo había sido una pesadilla.
Los km. que antes  nos separaban, se han  convertido en una eternidad. Cruel destino, que un día nos separó sin poder decirte adiós… y  un día nos da la oportunidad de poder despedirnos para siempre.
¿Cómo olvidar  38 años? Y sobre todo  ¿cómo llevar esta lucha de sentimientos?
Mi desolación fue ver en tu rostro el dolor  y la emoción contenida, tu cuerpo completamente inmóvil y tu mirada siempre fija en el techo. Las lágrimas que brotaban sin cesar de tus ojos,que después de tantos años se encontraban con los míos.
Y esa barrera que puse entre los dos, desapareció en un segundo. Estaba delante de ti, consolándote, secando tus lágrimas y sabiendo que teníamos tan solo unos minutos.
Ya tus brazos no podían abrazarme…ni tus manos coger las mías. Pero tus ojos me buscaban. Sólo mis manos acariciándote y besando tu frente. Pero ya no hacían falta palabras…sólo consolarte y entender tu sufrimiento, tú pensabas lo mismo que yo, cuantos años perdidos… 
No se si son casualidades o señales tal vez… ¡que la primera vez que faltaste a casa fuera una Noche Buena! (todo se quedó igual durante días). ¡Aquella navidad tan
triste! y aquel día de reyes… el  peor que unos  niños pudieron tener). Pero cruel destino lo que nos tenía preparado, que tu accidente fuese el mismo día 24 de diciembre. Como si el tiempo se hubiera detenido en 1975 en aquella navidad.
El destino quiso también, que el  día 6 de enero nos dejaran pasar a cuidados intensivos a todos, era un día especial en el hospital. Pienso que su enfermera sabia de su gravedad, su emoción, su miedo por poder vernos y tenernos cerca.
Siempre me comentaron que un poco antes de morir, toda tu vida, tu pasado vuelve a tu mente, el no fue diferente… en su  recuerdo estábamos nosotros.
Cuanto sufrimiento en tu mirada, en ese momento hubiera detenido el tiempo o mejor aún le hubiera dado, mi aliento, mi fuerza.
 ¿Fue un regalo para ti, resistir un accidente tan grave; poder sobrevivir y pedir que nos llamaran?… fue un milagro despertar de esa operación a vida o muerte, salir del coma para vernos y saber que estábamos a tu lado.
¿Fue una casualidad que la doctora se equivocara y marcara mi número de teléfono, para que supiera que ya te habías marchado? 
Pienso que Dios, te dio el tiempo que necesitabas para irte en paz y a nosotros para saber que en un lugar escondido en  su  corazón, estaba nuestro recuerdo.
Sólo 5 o  quizás 7 minutos estuve a solas contigo, no hubo más tiempo, pero suficiente para darme cuenta de tantas cosas.
Desde que volvimos a vernos hace unos 17 años, cada día de mi santo y el día de mi cumpleaños eras tú  el primero que  me llamaba  y la rabia que yo sentía… ¿porqué durante tantos años no lo habías hecho?
Ese amor tan grande que te separó de tus hijos, nunca lo pude entender… ¡Por eso sentía rabia y dolor!
¿Porqué nunca me preguntaste, ni quisiste ver una sola fotografía de esos años perdidos?
Ahora pienso que alguna vez en esos años sonó el teléfono sin que nadie hablara…quiero pensar que sería él.
Yo no quiero reprocharte ni tus silencios, ni tu olvido, sólo recordarte y nada más. Ahora solo pienso que ya no me llamará nunca más, que esa armadura que yo me ponía ha desaparecido y sólo siento tristeza. Nunca en esos años le pude llamar papá cuando hablaba de él.
Pero me han enseñado siempre a seguir adelante a quedarme con lo positivo y me quedo con esos momentos felices, con la música  de los discos que escuchábamos, en nuestros días de playa….
Ahora mis lágrimas caen porque recuerdan al padre bueno que tuve esos poquitos años, al que me tomaba en brazos y me abrazaba cuando tenía miedo.
Si algo me enseñó la vida, fue a cuidar de la herencia que me dejaste…mis hermanos, lo más grande. 
Y AHORA QUIERO GRITAR BIEN FUERTE a los que nunca nos entendieron que tengo derecho a llorar por el padre que tuve y quise durante 15 años de mi vida, por el que no volví a ver durante 22 y por el hombre que un día deje que entrara de nuevo en mi vida 18 años más.
Para un hijo es duro entender el amor de tu padre hacia otra mujer si esta no es tu madre; pero más duro es si ese amor te separa de tu padre.
Pero en esos días junto a él en el hospital, entendí que el eligió su vida y su familia. Nos dejó y se marchó sin mirar atrás, pero llevó en su mochila demasiado peso para su conciencia.
 ¡Se que lo han querido! que formó una familia y fue generoso para ellas. Seguro que también fue muy feliz.
Pero el cómo ser  humano también tuvo sus miserias y necesitaba en el último momento sentirse en paz consigo mismo.
A mí me gustaría pensar que durante esos años en algún momento pensó en nosotros, que no volvió a tener contacto por miedo a ser rechazado y no preguntó ni hablamos del pasado por no querer ver sus errores ni saber nuestras carencias; que se sintió orgulloso en silencio de ver en las personas que nos habíamos convertido, sin tenerlo.
Y que donde esté…cuidara ahora de todos.
Le doy las gracias a mi hermana por atenderlo y cuidarlo. Que sienta alegría por haberlo tenido tantos años. Por sentirse querida, mimada y tenerlo en todos los momento de su vida.
Algún día me gustaría poder tener una relación con mi hermana y compartir tantas cosas. Sé que es buena niña,que lo está pasando 
 mal, que perdió su bebé y poco tiempo después a un padre.  
 ¡Que yo también se lo que es, que se te muera un padre!
Hace 38 años me pasé días y días llorando por mi padre que se fue sin despedirse, como una niña de 15 años pensando si me había portado mal, preguntándome si volvería algún día, engañando a mis hermanos, diciéndoles  que estaba de viaje. Y muchos años, sin saber, si estaba vivo  o muerto.
Aquel día que mi padre se fue murió para mí, lo sé…pero DIOS quiso darme la oportunidad  que pudiera despedirme años después.
Gracias a mi madre, que nunca me enseñó a odiar, hoy puedo decir que mi padre está en mi corazón para quedarse y que hoy día, me siento más cerca de él.
Sé que el tiempo pasará y quiero olvidar, sobre todo estos últimos días de dolor y pena.
Quiero dar las gracias a todos los que han  tenido para mí un abrazo sincero, unas palabras de consuelo y han comprendido mi dolor.
Y a los que no estuvieron ni me dieron su abrazo, que algún día me entenderán, porque yo le debía algo a mi padre… LA VIDA.
Y por último decirles que ni Dios ni los difuntos necesitan publicidad, ni iglesias llenas de gente, para decirte  un lo siento.
Cuando algunas de éllas nunca respetaron nuestro dolor, ni  quisieron saber nuestras carencias materiales.
Que él tuvo el funeral que le hubiera gustado, íntimo, corto, sencillo y con la música que el mismo hubiera escogido. 
Mi padre tenía 76 años, murió el día 9 de  enero 2016 a las 2 de la madrugada. Tuvo un  accidente en el baño rompiéndose la C5, su médula quedó presionada impidiéndole moverse del cuello hacia abajo y sobre todo respirar. Superó una operación muy grave, de muchas horas.
El día 6 enero despertó para poder despedirnos.
Mi padre nos dejo un 9 de Marzo de 1975 y 38 años después de que mi padre se fuera, quiero decir las palabras
que nunca pude pronunciar, durante tantos años…
                                                TE QUIERO PAPÁ.