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sábado, 28 de septiembre de 2013

¿Cual es el animal que anda con los pies en la cabeza?

 
¿Cuántos de nosotros hemos puesto el grito en el cielo al notar que alguien cerca de nosotros se rascaba mucho, acercarnos…y descubrir que son piojos?, seguro que bastantes.  
Pero tranquilidad, es algo común. Los dichosos piojos prefieren las cabezas limpias y que huelan bien. No es que no les gusten las sucias, les da igual, pero también es un mito que si te lavas mucho, se van.  
Los muy listos se aferran al pelo para no irse por el desagüe.  
Esto es lo que nos sucedió a mi hermano Juan y a mí. Él tenía cinco años y yo dieciséis. Un fin de semana mi madre se marchó al pueblo y me dejó al cuidado de mis hermanos pequeños. Mi hermano no hacía más que rascarse, me tenía nerviosa… rasca que te rasca. Nos pusimos en el sofá a ver la televisión y él recostado en mis piernas… cuando de pronto me acercó a su cabeza y ¡horror! le veo unos bichos, eso eran piojos. No sabía qué hacer, había escuchado tantas cosas y lo peor, se contagian rapidísimo, ¡auxilio! 
Tenía que poner en marcha un plan para eliminarlos rápidamente. Quité al niño la camiseta, dejándolo en calzoncillos; lo senté en una silla en medio del comedor, era importante que no pegara la cabeza a nada y pensé: tengo que ir a la farmacia, pero que vergüenza, pedir zz. Mejor decir que era para un perro. Al pedir el producto al farmacéutico, intentó convencerme que eso no era para perros, yo le insistía que el perro era muy pequeño. Creo que se tuvo que dar cuenta porque me dijo: ten cuidado con los ojos de tu perro y ponle sólo unas gotitas. Seguro pensó que era para mí…Al llegar a casa, el niño seguía en la silla. Le lavé la cabeza con agua caliente muchas veces y en medio de cada lavado  zz. Después de un rato de agua caliente y vinagre, que había escuchado que era muy eficaz, el pobre niño lloraba; pero como estaba asustado por tener bichos me dejaba hacer; al fin y al cabo yo era su hermana mayor, la que entendía.  
Cuando llegó mi madre, encontró al niño dormido en la silla, con la cabeza roja, con la piel enrojecida, por poco me lo cargo.  
     Hay una adivinanza que dice : ¿cual es el animal que camina con los pies en la cabeza ?
      el piojo; pero tambien hay un dicho que dice :no tener ni pies ni cabeza.Eso fue lo que
      pasó a mí aquel día .Espero que mi hermano no se acuerde de lo que hice.